Cuando uno decide ser padre o madre inicia largo viaje, una travesía llena de buenos y grandes momentos, inolvidables vivencias que nos hacen crecer día a día. Convertirse en padre o madre es una gran alegría ciertamente, pero también hay momentos duros. Hay días en los que nos asaltan las dudas y las preocupaciones. ¿Soy una buena madre? ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Qué le está pasando a mi hijo que no lo entiendo? ¿Por qué se está portando así? ¿Cómo debo decirle las cosas para que me obedezca?
Todo el mundo comete errores y nosotros como padres también los cometemos, aunque seamos unos padres cariñosos y amemos con locura a nuestros hijos, hay ocasiones en las que parece que nos agoten la paciencia y perdemos el control: gritándoles o dándoles un cachete. Ser padre es el trabajo más importante que desarrollaremos en nuestra vida y no existe formación previa para ello, los errores que cometamos no se cuantificarán en dinero sino en la formación de ese ser que hemos decidido traer al mundo.
Cuando te preguntes si estás siendo una buena madre o un buen padre, cuando te asalten las dudas de si lo estás haciendo bien o mal ... Recuerda que no hemos de ser unos "superpadres" sinó unos padres cariñosos que disfrutemos de la gran oportunidad de criar y educar a nuestros hijos.
Como madre sé lo difícil que es mantener la calma siempre y en cualquier lugar, como madre en algún momento sé que he perdido el control y he levantado la voz más de la cuenta y lo mal que me he sentido por ello. Como profesional de la psicología infantil busco siempre el modo de mejorar y encontrar el medio para llegar a mis hijos, no todos los métodos funcionan igual para todos los niños, pero hay unas reglas básicas que nos ayudarán.
Cuando un niño se porta mal, probablemente es que tiene un mal día, no entiende lo que esperamos de él, está aprendiendo y esto le llevará bastante tiempo. Nuestro hijo no es "malo", debemos ayudarle a aprender, dejando a un lado las prisas, el cansancio o el estrés puesto que estos son los enemigos numero 1 a la hora de educar. Por eso propongo los siguientes tips para mejorar un poco nuestra forma de educar:
Todo el mundo comete errores y nosotros como padres también los cometemos, aunque seamos unos padres cariñosos y amemos con locura a nuestros hijos, hay ocasiones en las que parece que nos agoten la paciencia y perdemos el control: gritándoles o dándoles un cachete. Ser padre es el trabajo más importante que desarrollaremos en nuestra vida y no existe formación previa para ello, los errores que cometamos no se cuantificarán en dinero sino en la formación de ese ser que hemos decidido traer al mundo.
Cuando te preguntes si estás siendo una buena madre o un buen padre, cuando te asalten las dudas de si lo estás haciendo bien o mal ... Recuerda que no hemos de ser unos "superpadres" sinó unos padres cariñosos que disfrutemos de la gran oportunidad de criar y educar a nuestros hijos.
Como madre sé lo difícil que es mantener la calma siempre y en cualquier lugar, como madre en algún momento sé que he perdido el control y he levantado la voz más de la cuenta y lo mal que me he sentido por ello. Como profesional de la psicología infantil busco siempre el modo de mejorar y encontrar el medio para llegar a mis hijos, no todos los métodos funcionan igual para todos los niños, pero hay unas reglas básicas que nos ayudarán.
Cuando un niño se porta mal, probablemente es que tiene un mal día, no entiende lo que esperamos de él, está aprendiendo y esto le llevará bastante tiempo. Nuestro hijo no es "malo", debemos ayudarle a aprender, dejando a un lado las prisas, el cansancio o el estrés puesto que estos son los enemigos numero 1 a la hora de educar. Por eso propongo los siguientes tips para mejorar un poco nuestra forma de educar:
- Estar disponibles, darles nuestro tiempo, es lo que más necesitan: amor y atención.
- Adaptarnos a la edad de nuestros hijos.
- Establecer reglas claras con consecuencias claras.
- Elogiar más que criticar.
- Confiar en ellos.
- Promover la autonomía y la independencia de nuestros hijos.
- Ser un modelo a seguir.
- Ser coherentes y constantes.
- Mantener la calma ante situaciones como las rabietas o el oposicionismo sistemático propio de los 2 a los 4 años o de la adolescencia.
- Y ... sobretodo, ponernos de acuerdo con nuestra pareja sobre el método de crianza, los castigos y los premios.
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