lunes, 2 de abril de 2012

LOS DOCENTES PERCIBEN QUE LOS CONFLICTOS SE RESUELVEN DE FORMA DOMINANTE

Los docentes de segundo y cuarto de la ESO perciben que los conflictos que tienen con los alumnos y los que tienen estos entre sí se resuelven sobre todo de forma dominante, mientras que tanto los jóvenes como sus progenitores creen que predomina el diálogo, según un estudio realizado en Asturias y Canarias.

Esta es una de las conclusiones de la investigación que la licenciada en Pedagogía Beatriz Rodríguez ha realizado para su tesis, dirigida por las catedráticas de las facultades de Psicología María José Rodrigo, de la Universidad de La Laguna, y Raquel Amaya Martínez González, de la Universidad de Oviedo.

En esta investigación financiada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología ha sorprendido "mucho" la percepción que tienen los docentes, dijo Beatriz Rodríguez.

Ante los resultados de este estudio, en el que han participado 440 menores de segundo y cuarto de la ESO, 440 padres, 440 madres, 125 profesores y los tutores de los alumnos, los investigadores consideran que es importante trabajar con el profesorado acerca de los motivos por los que tienen esa percepción.

Insistió Beatriz Rodríguez en que se trata de una percepción, pues en la investigación lo que se analiza son las tendencias de comportamiento de los adolescentes, sus familias y sus profesores respecto a la gestión del conflicto familiar y escolar, es decir, lo que dicen que hacen las personas.

La intención del estudio es ver si el contexto de la familia y el de la escuela influyen en la manera en la que los adolescentes resuelven sus conflictos cotidianos, así como ver si la resolución constructiva de los problemas influye en el desarrollo positivo de los menores, por ejemplo en su autoestima o su autocontrol.
Por conflictos cotidianos no se entiende el acoso escolar ni la violencia, pues eso sería confundir las manifestaciones del conflicto con el problema en sí, explicó Beatriz Rodríguez.

Por ello, se estudió cómo se resuelven situaciones cotidianas como las que se originan porque hay un profesor muy exigente y suspenden muchos alumnos o cuando un chico no es elegido para una actividad por sus compañeros, o qué sucede cuando un adolescente llega a casa más tarde de la hora marcada.
La legislación española establece claramente al necesidad de colaboración y cooperación entre la familia y la escuela, y desde el Consejo de Europa a través de la Recomendación (2006)19 sobre política de apoyo al ejercicio positivo de la parentalidad, se hace hincapié en adoptar medidas para que la escuela sea un agente de apoyo a las familias, indicó la investigadora.

Lo que ocurre, dijo Beatriz Rodríguez, es que no siempre la colaboración se da en partes iguales, pues a veces la familia quiere una cosa y la escuela otra, pero cuando colaboran y gestionan los conflictos desde la negociación la repercusión es positiva en los adolescentes, afirmó.

La negociación de los conflictos cotidianos del día a día en el ámbito familiar y escolar implica, entre otras cosas, tener capacidad de argumentación, asumir responsabilidades, entender la postura del otro, competencias que son muy positivas y que se presupone que los adolescentes tienen que ir asumiendo, comentó Beatriz Rodríguez.

En esta investigación se ha visto que los resultados difieren en función del nivel educativo de los padres, pero no otras cuestiones como si los alumnos son de una zona urbana o rural.

Las conclusiones de esta investigación dan pistas sobre cómo los adolescentes gestionan los conflictos y el peso que en esa situación tienen la familia y la escuela.

Los alumnos consideran que en la mayoría de las ocasiones los conflictos los resuelven con un estilo integrador, que implica una gestión constructiva del conflicto basado en la negociación y la mediación, y perciben que es así tanto en la escuela como en el contexto familiar.

Las madres y los padres, de entre 40 y 55 años, perciben la realidad de una manera similar, si bien la de los segundos es algo diferente porque, por ejemplo, aunque su implicación ha mejorado tradicionalmente las progenitoras son las que se ocupan más de la educación de los hijos, que les permite tener una visión de la conflictividad familiar más parecida a la de sus hijos.

La percepción que tienen los profesores es lo que ha sorprendido a las investigadoras, por lo que creen que sería importante trabajar sobre la percepción del conflicto escolar con los docentes.

En cuanto al desarrollo de competencias personales positivas en los adolescentes, Beatriz Rodríguez dijo que la resolución de los conflictos de manera constructiva favorece a los adolescentes y además repercute en su desarrollo personal.

Explicó que si los adolescentes ven que el conflicto se puede resolver de manera negociada, se sienten reforzados y desarrolla una actitud positiva hacia la autoridad institucional, que es intrínseca al contexto escolar.

Respecto a qué contexto influye más en los adolescentes, Beatriz Rodríguez indicó que, con pequeños matices, se puede decir que la familia tiene más influencia, pero lo que parece estar claro es que el efecto más positivo en el desarrollo de competencias personales en los adolescentes se produce cuando familia y escuela tienen una misma perspectiva en la resolución de los conflictos con los adolescentes. 

Fuente: ABC.es 02-04-2012 / 13:30 h EFE

No hay comentarios:

Publicar un comentario