Un artículo de ABC eco de la reflexión del Instituto de Ciencias de la Familia de la Universidad de Navarra.
Una
apuesta seria y decidida por la conciliación, una amplia red de
escuelas infantiles públicas y privadas y una real implicación de los
padres en las responsabilidades familiares. Es la fórmula del éxito para
que nazcan más niños. O por lo menos, esas estrategias han dado muy
buenos resultados a parte de nuestros vecinos europeos, que han visto
cómo poco a poco ha repuntado la natalidad.
España, por el contrario, se enfrenta desde hace años a un ocaso demográfico.
Nacen menos niños, hay menos madres y las españolas tienen menos hijos.
Y ya no sirve de nada el repunte de la natalidad que llegó con las
padres inmigrantes. Con esas perspectivas, nuestro país se convertirá en una sociedad de mayores a largo plazo, con todos los riesgos que eso conlleva para garantizar la sostenibilidad del sistema.
Pero
hay países europeos que caminan por otros derroteros. Francia consiguió
en 2008 la natalidad más elevada de la Unión Europea. Las madres galas tuvieron 2,1 hijos de media, lo que garantiza el reemplazo generacional. Al mismo nivel están Irlanda (2,07) y Noruega (2). Y otros rozan esa meta: Reino Unido (1,96), Suecia (1,94), Finlandia (1,86) y Bélgica y Dinamarca (1,84). España se encuentra muy lejos: cada madre tiene solo 1,38 hijos.
Constancia
¿Por
qué los vecinos europeos están recuperando sus tasas de natalidad
mientras otros sufrimos un descalabro demográfico al que no se pone
remedio? La respuesta es de sentido común: se trata de aplicar políticas
integrales que cuidan a la familia, que se han mantenido durante muchos
años y bajo cualquier signo de gobierno. Y eso en España no existe.
Un dictamen del Consejo Económico y Social Europeo de 2011 hace
un repaso a las estrategias seguidas por los países de la Unión Europea
para recuperar su natalidad. Y valora en primer lugar las decisiones de
las naciones nórdicas.
Han apostado por la conciliación, por una fuerte red de escuelas
infantiles y por la igualdad en el reparto de las tareas familiares. Y
ahí están los resultados: nacen más niños. Para eso hay que hacer
esfuerzos: una sueca disfruta de hasta 13 meses de permiso por el nacimiento de su hijo con una remuneración que equivale al 80% de su salario y
tres meses más con una prestación más baja. Y las noruegas algo
parecido: un año con el 80% del salario o diez meses con la totalidad
del mismo.
Permiso parental
Estos
países han inventado otras recetas que han dado sus frutos. Aparte de
la baja por maternidad y paternidad, que son individuales e
intransferibles, existe lo que se denomina permiso parental, que pueden
disfrutar tanto el padre como la madre. Se coge a continuación de la
baja por maternidad o paternidad propiamente dicha. Permite cuidar de
los hijos durante un periodo de tiempo más amplio y conservar el puesto
de trabajo. En muchos casos, la remuneración es menor o se puede
compatibilizar con jornadas laborales reducidas. Es una forma también de
implicar al padre en la crianza del hijo desde su nacimiento.
Y tiene éxito, hasta el punto de que, por ejemplo, Alemania,
con una tasa de fecundidad de las más bajas (1,40 hijos por mujer),
emuló a los nórdicos e implantó en 2007 un solo permiso parental
remunerado de 52 a 60 semanas para el padre o la madre. La locomotora de
Europa ya no cuenta con permisos de maternidad o paternidad como tal.
Desde entonces, han aumentado los nacimientos. Y la sociedad alemana
experimenta un cambio de mentalidad. Ahora incluso está mal visto que
los padres no dejen de trabajar para criar a sus hijos. «Lo mejor para
ellos es que los hijos se queden con la madre en casa», afirma María
Teresa Castro, demógrafa e investigadora del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC).
En
los países nórdicos, los deberes para cuidar de la familia están hechos
a todos los niveles. «Desde los cero años el Estado garantiza una plaza
en una escuela infantil para todos los niños y cada familia paga en
función de su renta. Existe mayor corresponsabilidad de los padres en
las tareas familiares. De hecho, si no se coge la baja por paternidad se
pierde», afirma la investigadora.
lexibilidad laboral
Y
las madres noruegas, suecas, finlandesas... también trabajan. «Tanto
Dinamarca como Finlandia cuentan con altas tasas de actividad femenina, y
también de natalidad. Eso demuestra que trabajar y tener hijos no es
incompatible, sino que se necesitan apoyos para hacerlo», asegura María
Dolores López, demógrafa del Instituto de Ciencias para la Familia, de la Universidad de Navarra.
Los Países Bajos han
optado por reforzar la red pública de escuelas infantiles y ofrecen
mayores opciones laborales. Están muy extendidos los contratos de
jornada parcial, una alternativa a la que todavía se acogen más las
madres, mientras los padres trabajan a tiempo completo. «Existe gran
flexibilidad para elegir cómo organizar el trabajo —prosigue Castro—.
Por ejemplo, hay profesoras de universidad que trabajan cuatro días a la
semana. Lo pueden hacer porque tienen unos sueldos muy elevados que les
permiten ganar menos», asegura la investigadora Castro.
La flexibilidad laboral también es clave en el Reino Unido, donde además las madres tienen gran facilidad de encontrar trabajo después de un año de baja maternal.
Francia
dio la campanada demográfica en 2008 con 2,1 hijos de media por mujer.
Llegó por fin tras muchos años de una política por la natalidad y la
familia que estaba por encima del signo del Gobierno de turno. Para los
franceses es muy importante que los padres elijan el modo en el que
quieren que se cuide a sus hijos. Unos deciden llevar al niño a la
guardería, otros contratar a una niñera, y otros prefieren hacerlo ellos
mismos reduciendo o cesando en su actividad laboral. Para todos existen
ayudas, de hasta 500 euros. Para eso también se reforzó la red de
guarderías públicas o subvencionadas. Son gratis o muy baratas. Y además
desgravan.
Hay países europeos que han encontrado un camino para la recuperación demográfica. Unos deberes aún pendientes en España.
Fuente: http://www.abc.es/20120504/familia-padres-hijos/abci-natalidad-201205041202.html
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