"La cultura actual ha ido difuminando progresivamente la figura y el papel de los padres. Se ha reducido su función al ámbito meramente pedagógico. Sin embargo, los padres son los auctores vitae, es decir, la fuente de la vida. Tienen en sus manos la vida de sus hijos, con su devenir y su destino. Éstos proceden, dependen y viven confiados a ellos. Desde este punto de vista "Lo que ellos dicen no es solamente consejo para el niño, no es solamente ayuda, no es solamente ejemplo o aleccionamiento, sino que le vincula en conciencia" (Preocupación por el hombre, 115)"
LUNES, 3 DE DICIEMBRE DE 2012
La autoridad (III): la autoridad y la familia
Como ya hemos comentado anteriormente Guardini entiende que para que se de la autoridad se deben dar dos condiciones: a) aquello que me propone la autoridad me interpela de modo ético o moral, de tal modo, que me siento obligado a obedecer, pues es conforme a lo bueno; b) la instancia que propone esa exigencia ética es concreta, es decir, es una realidad humana, sea individual, los padres, o una institución social e histórica como el estado (Cfr. Preocupación por el hombre, Ediciones Cristiandad, Madrid, 1965, 115). Hoy vamos a hablar de una de esas instancias: los padres.
1. La autoridad de los padres como autores de la vida
La cultura actual ha ido difuminando progresivamente la figura y el papel de los padres. Se ha reducido su función al ámbito meramente pedagógico. Sin embargo, los padres son los auctores vitae, es decir, la fuente de la vida. Tienen en sus manos la vida de sus hijos, con su devenir y su destino. Éstos proceden, dependen y viven confiados a ellos. Desde este punto de vista "Lo que ellos dicen no es solamente consejo para el niño, no es solamente ayuda, no es solamente ejemplo o aleccionamiento, sino que le vincula en conciencia" (Preocupación por el hombre, 115). Así pues, lo dispuesto por el padre y la madre obliga moralmente a sus hijos. Evidentemente esto tiene un límite, cuando lo mandado no es conforme con lo bueno entonces desaparece la obligación. Pero mientras se respete esto, los hijos están llamados a obedecer a sus padres confiadamente. Así pues, "Autoridad y obediencia son una misma forma de realización del bien, impuesta por el hecho de que el hombre llega a la vida sin responsabilidad, y la ordenación moral se aparece encarnada por medio de los autores de la vida" (Preocupación por el hombre, p. 116).
Ahora bien, esta autoridad no está llamada a ejercitarse indefinidamente. Incluso desde la niñez los padres deben ir haciendo su autoridad innecesaria, de tal modo que los hijos vayan madurando y asumiendo progresivamente su responsabilidad moral. Como dice Guardini "(...) la autoridad de los padres tiene la obligación de hacerse superflua a sí misma, esto es, de no estorbar la incipiente capacidad del niño para su autodeterminación moral, sino animarla, despertarla e incluso formala conscientemente." (Preocupación por el hombre, p. 116). En otro momento también dice, "(...) los padres deben saber que están ante una libertad creciente, y no tienen que limitarla, en obsequio al orden, sino incluso han de fomentarla, en tal obsequio, hasta el día en que cesa en abosoluto su autoridad y la persona joven toma posesión de sí misma." (Preocupación por el hombre, p. 118)
2. Fundamento de la autoridad de los padres
El fundamento de la autoridad en la medida que ésta es un fenómeno ético y ligado esencialmente a la ética se remite al fundamento del bien. No podemos encontrar un fundamento dentro de este mundo. La autoridad de los padres no obliga en razón de lo útil o eficiente. La autoridad no obliga en razón de estrategias pedagógico-didácticas que colaboran en el desarrollo de los niños, del adolescente o del joven. La autoridad de los padres obliga moralmente, es decir, éticamente, en razón del bien. Y su fundamento por lo tanto no es intramundano sino que trasciende lo meramente humano para asentarse en lo religioso, en lo divino. Guardini desarrolla esto detenidamente en la las páginas 372 a 374 de la Ética. Lecciones en la Universidad de Munich (BAC, Madrid, 1965). En La existencia del cristiano(BAC, Madrid, 1997) habla de ello en estos términos: "En su autoridad se manifiesta un aspecto que no dimana de la realidad humana de los padres, sino que es de naturaleza trascendente; ellos son represetantes de la soberanía ordenadora del que es auctor vitae, autoridad absoluta: Dios" (La existencia del cristiano, 404). En Preocupación por el hombre también lo subraya: "Los padres, conforme a su sentido más profundo, no son sólo personas que cumplan sus determinadas funciones, y, para poderlo hacer de modo más eficaz, tengan un peso especial recibido del arjé, del principio de la vida, sino que represetan una isntancia que está sobre ellos; hacen presente a Dios como el creador de toda la vida, como el auctor vitaeabsoluto" (Preocupación por el hombre, p. 118).
1. La autoridad de los padres como autores de la vida
La cultura actual ha ido difuminando progresivamente la figura y el papel de los padres. Se ha reducido su función al ámbito meramente pedagógico. Sin embargo, los padres son los auctores vitae, es decir, la fuente de la vida. Tienen en sus manos la vida de sus hijos, con su devenir y su destino. Éstos proceden, dependen y viven confiados a ellos. Desde este punto de vista "Lo que ellos dicen no es solamente consejo para el niño, no es solamente ayuda, no es solamente ejemplo o aleccionamiento, sino que le vincula en conciencia" (Preocupación por el hombre, 115). Así pues, lo dispuesto por el padre y la madre obliga moralmente a sus hijos. Evidentemente esto tiene un límite, cuando lo mandado no es conforme con lo bueno entonces desaparece la obligación. Pero mientras se respete esto, los hijos están llamados a obedecer a sus padres confiadamente. Así pues, "Autoridad y obediencia son una misma forma de realización del bien, impuesta por el hecho de que el hombre llega a la vida sin responsabilidad, y la ordenación moral se aparece encarnada por medio de los autores de la vida" (Preocupación por el hombre, p. 116).
Ahora bien, esta autoridad no está llamada a ejercitarse indefinidamente. Incluso desde la niñez los padres deben ir haciendo su autoridad innecesaria, de tal modo que los hijos vayan madurando y asumiendo progresivamente su responsabilidad moral. Como dice Guardini "(...) la autoridad de los padres tiene la obligación de hacerse superflua a sí misma, esto es, de no estorbar la incipiente capacidad del niño para su autodeterminación moral, sino animarla, despertarla e incluso formala conscientemente." (Preocupación por el hombre, p. 116). En otro momento también dice, "(...) los padres deben saber que están ante una libertad creciente, y no tienen que limitarla, en obsequio al orden, sino incluso han de fomentarla, en tal obsequio, hasta el día en que cesa en abosoluto su autoridad y la persona joven toma posesión de sí misma." (Preocupación por el hombre, p. 118)
2. Fundamento de la autoridad de los padres
El fundamento de la autoridad en la medida que ésta es un fenómeno ético y ligado esencialmente a la ética se remite al fundamento del bien. No podemos encontrar un fundamento dentro de este mundo. La autoridad de los padres no obliga en razón de lo útil o eficiente. La autoridad no obliga en razón de estrategias pedagógico-didácticas que colaboran en el desarrollo de los niños, del adolescente o del joven. La autoridad de los padres obliga moralmente, es decir, éticamente, en razón del bien. Y su fundamento por lo tanto no es intramundano sino que trasciende lo meramente humano para asentarse en lo religioso, en lo divino. Guardini desarrolla esto detenidamente en la las páginas 372 a 374 de la Ética. Lecciones en la Universidad de Munich (BAC, Madrid, 1965). En La existencia del cristiano(BAC, Madrid, 1997) habla de ello en estos términos: "En su autoridad se manifiesta un aspecto que no dimana de la realidad humana de los padres, sino que es de naturaleza trascendente; ellos son represetantes de la soberanía ordenadora del que es auctor vitae, autoridad absoluta: Dios" (La existencia del cristiano, 404). En Preocupación por el hombre también lo subraya: "Los padres, conforme a su sentido más profundo, no son sólo personas que cumplan sus determinadas funciones, y, para poderlo hacer de modo más eficaz, tengan un peso especial recibido del arjé, del principio de la vida, sino que represetan una isntancia que está sobre ellos; hacen presente a Dios como el creador de toda la vida, como el auctor vitaeabsoluto" (Preocupación por el hombre, p. 118).
Quizás a la luz de esto podamos entender lo que en el fondo se quiere signifcar con "Honrarás a tu padre y a tu madre". Con ello no se indica un deber de gratitud, de cuidado, de respeto a quienes ya son mayores. El verbo "Honrar" quiere decir mucho más. Guardini le da un sentido religioso. Dice lo siguiente, y con ello terminamos por hoy: "Indica que el hijo, si se rebela contra los padres, no sólo daña una ordenación inmanente, sino que falta contra algo que ostenta un carácter religioso" (Preocupación por el hombre, p. 117). Sobre esto último puede también consultarse la Ética. Lecciones en la Universidad de Munich en su página 366.
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